lunes, 16 de abril de 2012

Magnetismo.




Irremediablemente así es su historia, como imanes, imanes que se unen por sus polos opuestos ya que de otra forman se repelerían. Tan distintos entre sí que inevitablemente se ven unidos por líneas de fuerzas magnéticas, ayudándose a suplir las carencias de uno y las de otro, quedando tan unidos que olvidan sus polos gemelos, que no les importa no ser iguales porque lo que les atrae es eso, las diferencias entre uno y otro, no les importa que a uno le guste el campo y a otro la playa, que a uno le guste el sol y a otro la lluvia, que uno sea rubio y otro moreno o que uno tenga los ojos verdes y el otro marrones, no les importa, y saben que si a los dos les gustara la playa no respirarían el aire de las montañas, que si a los dos les gustara la lluvia no podrían tomar el sol o que si los dos tuvieran los ojos marrones no disfrutarían del placer de dudar de cómo tendrá los ojos el hijo que algún día esperen. Esas son las cosas que los hacen tan diferentes entre sí pero a la vez tan iguales que, están predestinados a estar unidos para el resto de sus vidas, un polo norte y un polo sur, un polo positivo y otro negativo que compartirán todos los elementos físicos y químicos disfrutando de las diferencias y del placer de verse atraídos por ellas.



El magnetismo...

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